“La
Congregación también educa”
Queremos
compartir con ustedes lo vivido en el taller: “La Congregación
también educa” (18/03/06) que consideramos valiosos como
aportes a sus propias prácticas.
En Africa hay un dicho que
dice que para educar a un niño hace falta toda la tribu.
El
encuentro tuvo lugar en el ISEDET, el sábado 18 de Marzo de
9.30 a 13 hs. con la participación de 22 hermanos y hermanas,
representando a las siguientes iglesias: IEMA (Cap. Fed., La Plata,
Lanus), IERP, IELU, IDC (La Tablada), Parroquia Unida “El Buen
Pastor” (IDC-IEMA) y estudiantes de ISEDET.
Después
del Devocional sustentado en el Salmo 117 y fortalecidos por la
Palabra de 2º Crónicas 26:5, 31:21 y 25:9, se pasó
al momento de presentación y a través de una dinámica
se compartieron las expectativas y los temores que cada una y cada
uno tiene frente al desafío de la Educación Cristiana
en la realidad actual.
Se fueron
extractando las expresiones comunes agrupándolas para el
posterior análisis y reflexión. Compartimos algunas de
ellas:
Expectativas
Tratar
de encontrar un nuevo enfoque más reflexivo de trabajo con
jóvenes, niños/as
Poder
llegar a los niños y adolescentes con la palabra justa, para
acercarlos a Dios
Que
la Educación Cristiana tenga relación con los otros
ministerios de la Iglesia
Encontrarnos
como buscadores de Dios y transmisores del proyecto de nueva vida
Ampliar
y conocer otras modalidades para el trabajo educativo
Construir
una educación que entienda que el proceso de educar en
general y en particular en Cristo, incluye al que educa y al que es
educado y que ambos se transforman
Una
educación con la misma visión de la congregación
en su conjunto
Una
educación que constituya un nuevo hogar , donde la familia
sea restaurada
Desde
la educación cristiana, en la iglesia, generar un espacio
deseado y querido por los niños, jóvenes y porque no
adultos
Poder
aprender como llegar, no solo a transmitir a los niños los
conocimientos bíblicos sino transmitir una forma de vivir
diferente
Temores:
Perder
el espacio de la Educación Cristiana
Que
la Educación Cristiana no tenga en claro cual es su función
en la Iglesia, que sus objetivos sean diferentes a los del Pastor,
la Iglesia
Que
la Educación cristiana no produzca cambios en la comunidad
Hacer
proyectos que se alejen de las realidades personales y/o grupales
Al
tratar de buscar utilidad, perder de vista la verdad
La
“competencia” con las propuestas sociales, opuestas a
nuestras propuestas
Ignorar
el método y el lenguaje
No
escuchar, ni prestar atención a lo que el otro tiene para
brindarme, para compartir
Que
haya preponderancia de: autoritarismo, verticalidad, falta de
comprensión, imposición, jerarquías,
autocentralidad, etc.
Desgano
de los colaboradores y colaboradoras
No
encontrar las palabras o el método para llegar a los chicos.
No lograr establecer un código común para comunicarnos
El
desinterés de las familias porque sus hijos participen en la
Iglesia
Durante el
trabajo grupal las preguntas que motivaron al debate fueron las
siguientes:
¿Cómo
caracterizar lo que hoy estamos viviendo en la Argentina, en especial
en el área metropolitana y en el Gran Buenos Aires? ¿Cómo
nominar, qué palabra manejar, qué conceptos utilizar
cuando las incertidumbres, angustias, situaciones de empobrecimiento,
de injusticias, de intolerancia se hacen vida cotidiana en millones
de personas? y ¿cuándo gran parte de esas personas son
niños, niñas y adolescentes?
Para ello
se contó como recurso, con la lectura de un material teórico
“La Sociedad del Saber” del teólogo José
Comblin, publicado en la revista Signos de Vida Nº38.
El diálogo
se abrió sobre:
Situación
social, económica y espiritual actual
Nuevas
generaciones, nuevas construcciones
Educación/
formación de niños, niñas y adolescentes:
¿Hacia donde va? ¿Cuál es el rumbo?
¿Qué
le compete a la Iglesia? ¿Cuál es su lugar? ¿Cuál
es el Rol de los pastores, pastoras y líderes?
El pastor
Julio López, quien nos acompañó durante todo el
taller, tuvo a su cargo la reflexión final tomando lo
producido de acuerdo a las expectativas y temores, enmarcándolos
en un análisis histórico-teológico para abordar
la actualidad, desde el mensaje de fe y esperanza que nos trae
nuestro Señor Jesucristo.
Algunas de
estas reflexiones son:
Debemos
trabajar con el concepto de construcción. Pensar en aquello
que no está o no se conoce. Comenzar a sembrar desde abajo.
Históricamente
después de la Segunda Guerra Mundial en el ámbito de
nuestras Iglesias, se replantea el valor de la “palabra”,
del “discurso” ¿Qué debe decirse? ¿Cómo
se maneja esto? Pero nuestro modelo es: Jesús de los hechos
Jesús como Maestro Jesús como Profeta Es Jesús
quien dice cosas, aun aquello que no queremos escuchar
La
Verdad es liberadora, el peligro está en apoderarnos de ella,
debemos entonces establecer un balance entre la autoridad y la
Libertad, porque el Camino es Cristo.
Nos
encontramos frente a una generación que no tiene los
elementos básicos para su desarrollo, para su discernimiento,
ni para su capacidad de análisis. Es importante volver a
“enseñar”, volver al “relato”. Por
otro lado nuestra generación está “saturada”
de información, de palabras; esto es un juego emocional
difícil, pero que hay que revisar y encontrar salidas a estas
tensiones. No es corrigiendo sino construyendo que avanzaremos en
esto.
Valor
de los espacios: en los que se pueda vivir, que sean gratos, lindos,
deseables, tiernos. Es ésta una tarea creativa. Es claro el
relato del Génesis: Dios crea un espacio y cuando está
en condiciones, coloca allí al ser humano. Generar un espacio
implica jugarse la vida.
En
cuanto a la problemática de la continuidad, esto esta muy
relacionado con la sociedad en la que vivimos: fragmentada, tiempos
acotados, todo es “ya… y por poco tiempo”, por lo
tanto debemos pensar de otra manera.
Nuestra
tarea será:
1. Saber
qué planear y qué programar
2. Pensar
en módulos cortos, con la metodología del “encuentro”
y no tanto en “clases”
3.
Proponer proyectos viables y posibles.
El
reproche no construye nada, en ese sentido “el que está
bien, y el que no también”. Pensar en el espacio y el
tiempo más relacionados con la realidad.
“Del
cariño nadie se escapa” Donde existe verdadera
pertenencia no hace falta nada para retenerlos, o retenerlas.
Entonces
nos preguntamos ¿Es la Iglesia un ámbito de
pertenencia? Frente al mensaje de Cristo no se puede optar. Todos y
todas estamos incluidos e incluidas. Estar atentos para no clausurar,
no cerrar las opciones, ni las oportunidades.
Don
Atahualpa Yupanqui dice en sus versos: “Que tendrá el
yuyito de mi tierra, que cuando no lo pisan, brota”