lunes, 26 de enero de 2009

Exposición Silvia Gutierrez

CELEBRACIÓN 50 Años. CUEC – octubre 2008

Exposición de Silvia Gutiérrez.


Desde mi aporte veremos los planteos pedagógicos actuales relacionados a la educación, que no solamente forman parte de los aspectos metodológicos – didácticos, si no de aquellos que nos dicen que, sobre todas las cosas, la educación es política.
La educación en general, la educación cristiana en particular y todo ejercicio educativo supone una postura política, una distribución de las relaciones de poder, relaciones entre los que enseñan y los que aprenden; entre los que dictan las políticas educativas y los que las construyen en sus lugares de trabajo.
Vamos a hablar de las pedagogías de las diferencias, siempre en plural, partiendo de la experiencia de esta institución que nace en el respeto por las diferencias y en el pensamiento ecuménico al integrar a hermanos y hermanas de otras denominaciones, como entidades ricas en sus formas, en su origen, en sus acuerdos y desacuerdos.
Aceptar y sentir al movimiento ecuménico como un movimiento de diferentes, es una posición teológica fuerte e importante dentro de las Iglesias.
Trabajar este tema partiendo del hecho vincular entre el que educa y el que se educa, comienza ahí una diferencia de lengua, y digo “de lengua” y no de idioma. El que educa posee una lengua educativa que el que se educa debe aprender a decodificar, y en el filo de estas “lenguas diferentes”, de esta interacción, vamos a ir descubriendo qué diferencias y relaciones de poder
están en juego.


(…) vamos a dejar pasar muchos años, se suceden muchas lágrimas, muchas hogueras, muchos calvarios y vamos a llegar a la Revolución Industrial, que impone una nueva dinámica en el mundo occidental, una dinámica política y económica distinta y vamos a ver como en los movimientos pietistas, en el nacimiento del metodismo, como así también en los movimientos seguidores de los valdenses, en los movimientos bautistas, el tema de la diversidad, de la escuela y de la educación, fusionan a la escuela secular con la escuela bíblica: nace así la escuela dominical, y se empieza a delinear una matriz eclesial en la formación cristiana, que se irá desarrollando a través de los tiempos. Digamos que en la Rev. Industrial, en la Inglaterra que vive jornadas de trabajo de 18 horas diarias, con poblaciones de niños, mujeres y hombres que no pueden ir a una escuela, la escuela bíblica es el espacio que comienza a trabajar con tres patas: evangelización, alfabetización (abre las posibilidades con la lectura bíblica) y el trabajo social con la visión de la Misión del Evangelio en función del mandato de Jesucristo, en beneficio de las clases más desposeídas.

Esta visión de la Escuela Dominical se va instalando en otros países europeos de raíces protestantes, haciendo así el juego de la evangelización – educación, formación de comunidades
eclesiásticas que se abren para recibir a otras comunidades, y en ese inter-juego se enriquecen, se fortalecen y de alguna manera, con ese sentir llegan a América.
Una América colonizada, desvastada por la conquista. En esa realidad se forman comunidades ligadas a los lugares de origen, que en el transcurso del tiempo suman, incorporan a otras comunidades que no son de su mismo origen, comunidades locales, regionales.

A través de la Misión y a través de la evangelización, que nos pone ante la realidad de un mundo
fragmentado, como el que hoy vivimos, estas dos dimensiones presentan el desafío de tener que trabajar en educación con multitud de poblaciones, de grupos, con personas que tienen distintas
tradiciones religiosas o que no la tienen, los que siendo adultos deambulan y buscan o no buscan ….y la Iglesia que trata de llevar el mensaje de Jesucristo teniendo una presencia activa desde
distintos puntos de vista y desde distintas propuestas ideológicas.

Cuando hablamos de la pedagogía de las diferencias, partimos de preguntas tales como: -¿qué
quiere decir ser diferente? – ¿quiénes somos diferentes? - ¿en relación a qué? -¿con respecto a quién o a quienes?

Como comunidades religiosas ¿recibimos a los diferentes? ¿Qué diferencias perciben los “distintos” a nosotros? ¿Cuáles diferencias son mejores y cuáles peores? ¿Cuáles estamos dispuestos a enfrentar y cuáles no?

Este es un tema que a todas las comunidades religiosas y porque no también, al CUEC, nos ha traído bastante discusiones, bastante preocupación.

Las diferencias podrían ser sólo prejuicios, o situaciones simples, ya que entre las personas son precisamente las diferencias, aquello que nos constituye como humanos. Las similitudes, las purezas sociales, culturales, son propuestas de la muerte.

Reconocer las diferencias y tratarlas como cuestiones de sumatorias y de enriquecimiento, desde la perspectiva de esa diversidad, es una permanente tensión que nos mueve en la búsqueda del diálogo y del encuentro.

Todas las manifestaciones, todas estas reflexiones, nos enfrentan a trabajar como Iglesia con y en la diversidad, en la variedad de grupos: infancia – adolescencia – jóvenes – mujeres – diferentes etnias, pueblos; diferencias económicas, culturales y sociales, pero no desde una perspectiva de nosotros/as y los otros/as, si no desde la identificación con el otro.

Por eso hoy…


el CUEC hace énfasis en una Educación Cristiana basada en el mandato de Jesús el Cristo, que debe ayudar a descubrir y a aplicar, una teología y una pedagogía que acompañen el caminar de las comunidades, de las personas, de los pueblos, desde su visión evangelizadora al servicio del
Reino de Dios, cumpliendo su misión ministerial: alimentar la fe, la esperanza y el amor comprometidos en la defensa de la vida en todas sus manifestaciones, y un punto de encuentro para la dignidad de la Creación.




domingo, 7 de diciembre de 2008

Presentación Marcos Rocchietti 3-1

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